Estudios científicos comprobaron cómo los huevos depositados por el Aedes Aegypti pueden contener la carga vírica que produce la enfermedad.
Además de mencionar las medidas preventivas contra el dengue y con el objetivo de combatir al vector de la enfermedad, el mosquito Aedes Aegypti, los especialistas en sanidad siempre hablan de la importancia de también de eliminar los criaderos de huevos o larvas en distintos recipientes que el insecto adulto hembra deja.
Y es que a pesar del actual clima lluvioso que impera en el país el mosquito se refugia y no cesa su actividad, disminuyen las picaduras pero este no muere esto es clave ya que sus huevos sí sobreviven a las bajas temperaturas hasta 8 meses después de ser depositados.
Quien ha pasado la enfermedad desarrolla inmunidad, pero dado que hay cuatro serotipos del virus (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4), a lo largo de la vida es posible infectarse hasta cuatro veces, ya que la inmunidad es específica de cada serotipo.
Su principal reservorio es el ser humano. Cuando la hembra del mosquito Aedes Aegypti pica a una persona infectada, esta puede transmitirlo a otros seres humanos con su picadura. Este mosquito es capaz también de transmitir otros virus como el Zika, la fiebre amarilla y el chikungunya.
Esta especie habita en la mayoría de las regiones tropicales y subtropicales del mundo. En España el dengue es aún muy raro, y el principal vector es el mosquito tigre –Aedes albopictus-, presente principalmente en la costa mediterránea.
Se trata de un mosquito doméstico que llegó a España en 2004 y que vive en las casas y edificios o cerca de ellos y que tiende a reproducirse en cualquier recipiente artificial o natural con agua (macetas, cubos, floreros, platos de macetas, riberas de los ríos, charcas…). El macho no se alimenta de sangre, pero la hembra la necesita para que su metabolismo funcione y para que se desarrollen sus huevos. Es más activa al amanecer y al atardecer, pero también pueden picar en otros momentos del día, a diferencia del mosquito común (Culex), el más frecuente en nuestro país, que, normalmente, pica al ocaso y por la noche.
Una vez el mosquito hembra ha picado a una persona infectada por el virus del dengue, este se replica en el intestino del insecto, desde donde se disemina hacia otros tejidos como las glándulas salivales. Aproximadamente una semana después, ya será capaz de transmitirlo a un ser humano durante el tiempo que le reste de vida. Otras vías de transmisión menos comunes son la materna o vertical -de la madre a su bebé-, por transfusión, trasplante o pinchazo y por relaciones sexuales.
NTELEMICRO