El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, dijo que no se puede permitir que «quede como precedente lo ocurrido en Quito este fin de semana», en referencia al asalto de las fuerzas de seguridad ecuatorianas a la Embajada de México para arrestar al ex vicepresidente de Ecuador Jorge Glas, que había pedido asilo político.
«No hay duda alguna que las acciones emprendidas por las autoridades ecuatorianas contra la sede diplomática de México afectan gravemente los principios fundamentales del ordenamiento jurídico internacional», ha declarado al remarcar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y la solución pacífica de las controversias.
Almagro dice que estos hechos «vulneran principios fundamentales del Derecho Internacional, americano, convencional y consuetudinario», y ha recordado que la norma sobre la inviolabilidad de los edificios diplomáticos «no admite ningún tipo de excepción».
«Nada justifica su violación. Y aceptarlo es borrar de un plumazo la norma más elemental, sin la cual no hay relaciones diplomáticas posibles entre nuestros países. Los casos en que esta norma ha sido violentada son recordado por todos como manchas imborrables para aquellos que la cometieron», ha declarado durante su turno de palabra ante los Estados miembros del organismo regional.
ECUADOR SE DEFIENDE PERO LA OEA RECHAZA SUS ACCIONES
Ante los miembros de la OEA en Washington el viceministro encargado de Exteriores de Ecuador, Alejandro Dávalos, ha subrayado que «el origen de la crisis diplomática» con México está «vinculada a estos casos de corrupción y al intento de evadir la justicia», después de que expresaran en reiteradas ocasiones que la concesión de asilo diplomático no procedía bajo el Derecho Internacional.
«Esperábamos que México diera cumplimiento a lo previsto en dichas normas y hubiera dispuesto la salida del señor Glas, quien no reunía los requisitos para el asilo, y que en ninguna manera puede ser considerado como un detenido político», ha declarado.
Por último, ha hecho hincapié en que la Convención de Viena para las relaciones diplomáticas «expone que todas las personas que gocen de privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes del Estado receptor y, además, están obligadas a no interferir en los asuntos internos de ese Estado».
Esta cita, convocada a petición de Quito, para tratar las normas de las relaciones diplomáticas y de asilo, arrancó con la presencia de 23 de las 34 representaciones del organismo, mientras que apenas una decena tomaron la palabra y coincidieron en la obligatoriedad del respeto al Derecho Internacional y en que no hay justificación alguna para romper la inviolabilidad de las sedes diplomáticas.
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