El regreso del calor abrasador al área de Houston empeora la situación de los cientos de miles de personas que siguen sin corriente en Houston más de 48 horas después de que Beryl tocara tierra en el estado.
Más de 1.3 millones de hogares y empresas siguen sin electricidad este miércoles según la empresa CenterPoint Energy, citada por el diario Houston Chronicle.
La frustración aumentó en la ciudad texana por las grandes afectaciones que provocó una tormenta que llegó con menos fuerza que otras anteriores. Los funcionarios estatales enfrentaron cuestionamientos sobre si la empresa de energía de Houston se había preparado lo suficiente.
Los hospitales también empezaron a sentir la presión: el martes el vicegobernador de Texas dijo que se utilizaría un complejo deportivo y de eventos para albergar temporalmente hasta 250 pacientes que están esperando el alta pero que no pueden ser llevados a sus casas porque allí no tienen electricidad.
El martes la comida ya empezaba a echarse a perder en los refrigeradores. Largas filas de coches y personas hacían cola en cualquier restaurante de comida rápida, food truck o gasolinera que tuviera electricidad y estuviera abierto.
Beryl, que tocó tierra el lunes temprano como huracán categoría 1, ha sido culpado de al menos siete muertes en Estados Unidos (una en Luisiana y seis en Texas) y al menos 11 en el Caribe.
Para muchos, ha sido una repetición de lo sufrido en las tormentas de mayo, que mataran a ocho personas y dejaron a casi un millón sin electricidad en medio de calles inundadas.
La gran cantidad de líneas del tendido eléctrico dañadas explica la magnitud de los cortes de energía, que superaron a los del huracán Ike en 2008, según reseña este miércoles el corresponsal de The New York Times en Houston.
El calor empeora la situación
Las temperaturas máximas en el área de Houston el martes volvieron a subir a los 90 grados Fahrenheit (por encima de 32.2 grados Celsius) y la humedad podría hacer que el clima se sintiera aún más caluroso. El Servicio Meteorológico Nacional describió las condiciones como potencialmente peligrosas dada la falta de electricidad y aire acondicionado.
“Podemos manejarlo, pero no los niños”, dijo Walter Pérez cuando llegó a la megaiglesia del famoso pastor Joel Osteen en Houston, que sirvió como centro de enfriamiento y distribuyó paquetes de 40 botellas de agua.
Pérez dijo que su esposa, su hijo de 3 años, su hija de 3 semanas y su suegro se retiraron de su apartamento después de una noche que describió como «mala, mala, mala, mala».
Por su parte, Robin Taylor, que pedía comida para llevar en Denny’s, dijo estar cansada de la misma lucha de siempre. Ha estado viviendo en un hotel desde que su casa fue dañada por las tormentas de mayo, pero con el impacto de Beryl, su habitación de hotel también se inundó.
Taylor dijo estar enojada porque Houston no parecía preparada para manejar la tormenta de categoría 1 después de haber capeado otras mucho más fuertes en el pasado.
“No hay WiFi, no hay electricidad y hace calor afuera. Eso es peligroso para la gente. Ese es realmente el gran problema”, dijo Taylor. «La gente morirá con este calor en sus hogares».
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró este martes una zona de «desastre mayor» en el estado de Texas tras el paso de la tormenta tropical Beryl.
La medida, anunciada por la Casa Blanca, permitirá desbloquear fondos federales para ayudar tanto a las labores de reconstrucción de infraestructura como apoyar las necesidades urgentes de las poblaciones afectadas por la tormenta.
En una entrevista por el diario The Houston Chronicle, Biden aseguró que la distribución de ayuda de emergencia en el estado sureño se vio retrasada porque la Casa Blanca no pudo entrar en contacto con el gobierno local.
El mandatario contó que tuvo problemas para «localizar» al gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, para obtener el papeleo necesario en el proceso de declaración de desastre. Abbott se encuentra desde el pasado viernes en una gira por el este de Asia, que durará 8 días, para promover Texas entre inversores. El vicegobernador, Dan Patrick, quedó encargado del gobierno estatal durante el viaje del republicano.
«La mayor preocupación en este momento son los cortes de energía y el calor extremo que está afectando a los tejanos. Como todos saben, el calor extremo mata a más estadounidenses que todos los demás desastres naturales combinados», dijo el presidente en un comunicado tras firmar la declaración de desastre. «Como parte del apoyo federal, colocamos previamente generadores y estamos instalando otros adicionales para soportar cualquier corte de energía, lo que ayudará a los tejanos a medida que llegue el calor extremo», agregó Biden.
Con información de AP y EFE.