MIAMI.- En medio de la zozobra que ha traído la pandemia de coronavirus, lo que menos esperaba la comunidad del sur de la Florida era un huracán, y aunque al mediodía de este viernes los pronósticos mostraban que transitaría lejos de la costa, el evento atmosférico no ha dejado de causar preocupación entre los residentes.
De cualquier manera, ya sea un impacto de frente, como lo perfilaban los primeros reportes, o un ‘coletazo’ que, sin embargo, traería fuertes precipitaciones y vientos, el ciclón hizo que muchas personas madrugaran para ir a tiendas de alimentos y ferreterías, con el fin de abastecerse de insumos que son necesarios cada vez que se acerca una de esas tormentas.
La protección de las viviendas es una de las primeras medidas que toman los residentes. Es el caso de Omar Rodríguez, un habanero que vive en Westchester, y quien salió temprano en busca de “planchas de madera” para proteger sus ventanas en un Home Depot de la calle 40 del SW.
“Esto es lo mismo de todos los años, mi hermano. Pero hay que hacerlo porque uno nunca sabe lo que puede pasar”, dijo el cubano mientras se dirigía a su vehículo pickup en donde, junto a un muchacho, acomodó los materiales para luego transportarlos a casa.
Así como él, un colombiano que se identificó como Felipe, contó que su tarea del día consistía en “amarrar” los muebles y las macetas del patio. Con eso en mente, el bogotano dijo que había comprado “una cuerda gruesa” para asegurar esos elementos y que “no salgan volando”.
Por otro lado, en un Publix de la avenida Le Jeune, en Coral Gables, pudimos apreciar que los compradores salían con carritos cargados de cajas con botellas de agua envasada y alimentos enlatados, principalmente, además de medicamentos, baterías y suministros de primeros auxilios.
Stephanie, una joven de origen nicaragüense, comentó que “eso adentro parece un festival”, y advirtió que “ya casi no queda agua”.
A pocas cuadras de ese sitio, algunas personas llenaban los tanques de gasolina de sus vehículos. Ninguno quiso hablar con este medio, pero un empleado del lugar señaló que había suficiente combustible para todo el fin de semana.
De ese sitio saltamos a Miami Beach. En la famosa calle Ocean Drive, que hoy luce solitaria en comparación con otros tiempos sin pandemia, Laila, una empleada encargada de recibir a los clientes en el restaurante Il Giardino, dijo que “solo vamos a trabajar unas horas” y más tarde recogerían sillas, mesas y toldos.
“Ya nuestros vecinos recogieron todo”, indicó, señalando hacia el hotel Leslie, en cuya terraza unos empleados ya habían guardado el mobiliario y se aprestaban a colocar bolsas con arena en las puertas para evitar la entrada de agua en caso de inundaciones y protegerlas de fuertes vientos.
Fuente;diariolasamericas.com