El hombre de confianza convertido en enemigo de Donald Trump, Michael Cohen, implicó directamente el lunes al expresidente en una trama de pagos para ocultar información perjudicial, diciéndole al jurado que su famoso cliente le pidió en varias ocasiones sofocar historias sobre sexo que temía pudieran afectar su campaña presidencial de 2016.
“Evita que esto salga a la luz”, contó Cohen, el testigo estrella de la fiscalía, que Trump le dijo en referencia al relato de la actriz porno Stormy Daniels sobre un encuentro sexual con Trump ocurrido una década antes.
Un episodio similar ocurrió cuando Cohen alertó a Trump de que una modelo de Playboy estaba alegando que ella y Trump habían tenido una relación extramarital. La orden fue clara: “Asegúrate de que no salga a la luz”, dijo Trump, según Cohen. La mujer, Karen McDougal, recibió 150.000 dólares en un acuerdo de dinero a cambio de silencio que se hizo después de que Trump recibiera una “actualización completa y total sobre todo lo que había sucedido”.
“Lo que estaba haciendo era bajo la dirección y en beneficio del señor Trump”, testificó Cohen, añadiendo más tarde: “Todo requería la aprobación del señor Trump”.
importante testigo
Cohen, el exabogado y hombre de confianza de Trump, es el testigo más importante para la fiscalía del distrito de Manhattan en el caso, y su tan esperada aparición en el estrado indica que el primer juicio penal contra un expresidente estadounidense está entrando en su recta final. Los fiscales dijeron que podrían concluir su presentación de pruebas para finales de la semana.
El testimonio de un testigo con un conocimiento tan íntimo de las actividades de Trump podría aumentar la vulnerabilidad legal del virtual candidato presidencial republicano si los miembros del jurado lo consideran suficientemente creíble. Sin embargo, la confianza de los fiscales en un testigo con un pasado tan problemático —Cohen se declaró culpable de cargos federales relacionados con los pagos— también conlleva riesgos considerables para un jurado y podría ser una ventaja política para Trump, debido a que está recaudando fondos a partir de sus problemas judiciales y afirma que el caso es producto de un sistema de justicia penal corrupto.
Los hombres, alguna vez tan cercanos que Cohen presumió que “recibiría una bala” por Trump, no tuvieron ninguna interacción visible dentro de la sala del tribunal. La calma fue un marcado contraste con su último enfrentamiento en el tribunal, cuando Trump abandonó la sala después de que su abogado terminara de interrogar a Cohen durante su juicio civil por fraude en octubre del año pasado.
En esta ocasión, Trump se sentó en la mesa de la defensa con los ojos cerrados durante largos períodos del testimonio, mientras Cohen relataba su carrera de una década como alto ejecutivo de la Organización Trump, haciendo trabajo que, según admitió, a veces involucraba mentir e intimidar a otros en nombre de su jefe.
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