Jacob Albarado, agente de la Patrulla Fronteriza, estaba el martes fuera de servicio. Se disponía a cortarse el pelo en una barbería de Uvalde, donde reside, cuando recibió un mensaje de texto de su esposa Trisha, maestra de cuarto grado en la escuela primaria Robb, advirtiéndole de un atacante.
La maestra y los niños de su aula se guarecían bajo los pupitres y detrás de las cortinas. Su propia hija de ocho años, Jayda, estudia en segundo grado en esa escuela y estaba escondida en un baño.
Albarado salió corriendo de la barbería con una escopeta que le prestó el peluquero.
Al llegar a la escuela, la policía estaba preparando un equipo táctico para ingresar a la zona donde se hallaba el atacante, un joven de 18 años recién cumplidos, identificado como Salvador Ramos, que terminó asesinando a 19 niños y 2 maestras.
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La rápida evacuación de la escuela de Uvalde que condujo el agente de la Patrulla Fronteriza
Junto con otros agentes, Albarado elaboró un plan para sacar rápidamente de la escuela al mayor número de niños y dirigió a sus hombres hacia el ala donde se encontraba el aula de su hija.
«Busco a mi hija, porque sé en qué ala está», dijo Albarado, citado en un reporte del diario The New York Times. «Así, empiezo a despejar todas las aulas de su ala».
Con las armas desenfundadas, Albarado y los otros funcionarios de la Patrulla Fronteriza lograron evacuar a docenas de niños y varios profesores. Muchos salían gritando y en estado de shock.
Finalmente, Albarado encontró a su hija Jayda, la abrazó, pero siguió ayudando a sacar más niños de la escuela.
«Hice lo que me habían enseñado a hacer», declaró Albarado al Times.
Las 21 cruces blancas, un símbolo en honor a las víctima
Univision