Con la llegada del verano, el pasado 20 de junio, la vida social cambia. Las tardes se alargan, las noches se disfrutan al aire libre… y una de las primeras celebraciones del verano son las hogueras de San Juan. En la víspera del día de San Juan como tal, la noche del 23 de junio, miles de personas se reúnen alrededor de las llamas de hogueras encendidas para empezar la nueva estación con buen pie, eliminar los malos espíritus y atraer la suerte a base de rituales junto al mar.
¿Pero tiene realmente algo que ver este día con la celebración de San Juan Bautista, el santo que da nombre a la fiesta del 24 de junio? O, por el contrario, ¿tiene más relación con la celebración del día más largo de año y, por lo tanto, la noche más corta? La realidad es que ninguna de las dos opciones es la correcta, aunque las dos se entrelazan en torno a esta celebración.
La noche (y el día) de San Juan lleva este nombre porque la historia ha acabado sacralizando muchas de las tradiciones paganas, pero lo cierto es que las hogueras, los rituales y esta celebración son más antiguas. Históricamente, este festejo ha tenido más que ver con el solsticio de verano, es decir, con el momento en el que el hemisferio norte se despide de la primavera y da la bienvenida al verano, en una jornada que marca el momento en el que los días empiezan a ser más largos.
Eso sí, el solsticio de verano (el día en el que entramos en la estación más calurosa) no siempre es el mismo día. No solo eso, sino que además, nunca es el 24 de junio. El solsticio puede variar de un año a otro, pero sólo puede darse entre los días 20, 21 o 22 de junio, nunca antes y nunca después. Los astrónomos calculan el momento exacto en el que el sol está colocado en la posición tal que se puede decir que ya ha empezado el verano. Y ese momento, jamás es un 24 de junio.
¿Y por qué se llama día de San Juan?
Los rituales paganos de entrada al verano tienen un origen ancestral, incalculable, pero fue el proceso histórico de cristianización el que le dio el tono sagrado a esta jornada pagana. Con la adaptación al calendario cristiano, se marcó este festejo en el día en el que se celebra el nacimiento de San Juan Bautista.
Tanto es así que incluso las hogueras de San Juan pueden relacionarse con la historia bíblica de San Juan: su padre, según la tradición católica, habría mandado encender una hoguera para anunciar el nacimiento de su hijo Juan. Este Juan, que acabó pasando a la historia como San Juan Bautista, fue un predicador coetáneo de Jesús de Nazaret, considerado un profeta en varias confesiones y quien usó el bautismo como sacramento central de su movimiento.
Y es precisamente la parte cristiana de la historia del día de San Juan la que le da, en algunos lugares de España, carácter de festivo local. En dos comunidades autónomas, el 24 de junio de 2024 es festivo (recuperable), mientras que en más de 300 localidades, municipios, pueblos y ciudades de España se celebra el día de San Juan como jornada no laborable.
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